sábado, 31 de octubre de 2009

El ocaso de una profesión

La profesión de periodista está amenazada, de la misma manera que están amenazados los periódicos como medio de difusión de información.  Es más, me atrevería a decir que, a menos que hagan algo radical e innovador al respecto, el periodismo como profesión va en un constante declive hacia una inevitable extinción.

Leí hoy en este Artículo del Washington Post que es NECESARIO! que el gobierno (en USA) subsidie al periodismo. Aunque tiene algunos puntos interesantes para debatir, la idea me parece patética de la misma manera que me parecen patéticos los esfuerzos del gobierno estadounidense de resolver las crisis financieras con subsidios a los bancos.

Lo cierto es que con la proliferación de la comunicación electrónica (internet) y las maneras tan fáciles de publicar y distribuir la información (blogs, foros) incluso desde la fuente misma de la noticia, la necesidad de un periodista profesional para realizar la labor de diseminar información se hace prácticamente obsoleta.

La profesión de periodista nace de la creación de los periódicos para satisfacer la necesidad de llevar la información a las masas.  Por ejemplo, antes para mi era imposible saber lo que pasaba en el otro lado del mundo (o para los efectos, en un distrito vecino) si no tenía acceso a los noticieros en televisión, radio o periódicos.  Para poder llenar los noticieros era necesario que gente fuera a investigar y escribir sobre lo que veían y entrar en un proceso de depuración, edición y publicación (periódicos) para luego llegar a mi.  La necesidad de tener un estándar de calidad en la trasmisión de información hace inminente que aparezca el periodista.  Un profesional armado con las técnicas para extraer la esencia de las situaciones existentes y presentarlas en una manera imparcial, clara y concisa.  Inicialmente circunscrito al periódico, pero luego llevando su práctica a la radio y televisión.

Pero hoy día la información está ahí, al alcance de tus dedos, publicada regularmente por la fuente misma de los hechos y saltando (cabe decir que sin ningún efecto adverso) la necesidad de un periodista.

Si quiero saber sobre por qué la economía de U.S.A. está en el piso,  prefiero ir a leer un blog de un economista (o varios) para leer sus ideas de primera mano y complementarlas.  Si quiero saber sobre el último avance de la NASA en cuanto a viajes a marte, solo entro a su sitio web y veo los diferentes reportes y recursos que publican al respecto. Y sobre todo esto, tengo sitios de internet que se especializan en publicar noticias de nichos específicos,  por ejemplo si quiero saber lo ultimo de tecnología no espero a que llegue el segmento de tecnología del periódico La Prensa, o de la revista de IT Now,  en vez de eso, entro a slashdot.org o arstechnica.com y puedo obtener un constante flujo de noticias de tecnología actualizadas constantemente y al instante.  Ahora el periodista no es más que una persona que busca las la información de las noticias al mísmo lugar en que yo la buscaría.

Claro que hay situaciones especiales o extremas en las que no hay acceso o medios a publicar las ideas y el periodista va y hace lo suyo,  o como el periodismo investigativo que toma mucho más tiempo y recursos.  Puedo pensar por ejemplo en los periodistas de guerra que arriesgan su vida para llevarnos los reportes de lo que pasa en esos lugares.  Pero estas situaciones específicas no podrán justificar que tengas universidades graduando cientos o miles de periodistas al año, para hacer que?

Añadiendo a mi punto, cada día se hacen más populares los reportes comunitarios a través de camaras de teléfonos, videos caseros, comentarios en foros de empresas como CNN o la local TVN, para las cuales es más barato pagar por un servicio web para que las personas agreguen sus noticias, comentarios, opiniones y demás.  Esto sin tomar en cuenta la marcada parcialidad en los medios y la mala calidad de las noticias y reportajes que están ahora más orientados a entretener que a informar (y estoy seguro que no hablo solo por Panamá).

Inevitablemente cada día el periodista pierde más terreno ante la inforrea* global. El final es inminente y la verdad es simple.

*así como diarrea o verborrea pero de la información

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