martes, 3 de mayo de 2011

Sobre la Constitución de la República de Panamá

(17 de Marzo de 2011) Ok, antes de escribir este artículo voy a leer la constitución ...

(3 de Mayo de 2011) Pasaron casi dos meses antes de poder terminar de leer la constitución ...

Mi sencilla tarea había iniciado como una lectura ligera para entender de qué se trataban artículos específicos de la constitución de la República de Panamá y tratar de formar, ante las inminentes reformas constitucionales,  un criterio basado en hechos y no en comentarios de terceros. Pero la aventura se convirtió rápidamente en una tortura china.

Ademas de ser una lectura extremadamente aburrida, me encontré con un documento lleno de contradicciones, con varios de sus artículos que se violan descaradamente, y otros que ni siquiera se toman en consideración.  Un documento viciado con temporalidades (artículos constitucionales que solo son validos para cosas muy específicas que pasaron hace ya tiempo) y particularidades (artículos que en vez de dictar una norma o principio general se van al mínimo detalle sobre cosas que no deberían siquiera plasmarse en un documento de este tipo).  Muchos artículos eran redundantes y otros tan vagos que se hace imposible aplicarlos.

Recuerdo que en algún momento en mi vida académica analicé algunos artículos de la constitución nacional, y como muchos otros temas que uno ve a edades tempranas, simplemente no le encontré ton ni son, y rápidamente lo descarté como conocimiento no importante.  Tal vez mis profesores no pudieron trasmitirnos la importancia de este documento en nuestras vidas,  tal vez ni ellos mismo entendían el rol  del mismo.

Pero no fue hasta ahora que me tome el tiempo de leer y analizar todo el texto, artículo por artículo, tratando de entender que pasaba por la mente de quienes redactaron las leyes. Me di cuenta que nuestros problemas políticos están arraigados en la misma fundación del estado Panameño.  Los problemas y las debilidades inherentes del sistema político actual no son más que un reflejo de una fundación corroída.  Y sobre una base débil se hace muy difícil construir algo que valga la pena.

Luego de haber terminado la lectura, solo logro sentir tristeza por un país que delega su libertad a individuos sin integridad, ni ideales, ni moral.

Como no es mi intención escribir un libro sobre el estado de la constitución, y esto es solo un comentario...  me permito dejar el tema hasta aquí,  solo espero que las personas que realicen las nuevas reformas tengan la integridad suficiente para implementar cambios importantes en nuestro sistema y eviten que caprichos de los actuales gobernantes se vean reflejados en el documento constitucional final.