Están las principales facciones políticas que compiten en la contienda electoral (RM y BH) listas para ganar o perder esta elección?
Sabemos que si el PRD pierde, sucederá lo mismo que sucedió cuando el PRD perdió ante Mireya Moscoso en 1999 (con encuestas que los proclamaban ganadores). Se aceptará la perdida, nadie del PRD gritará indignado "FRAUDE!!!!!", no habrá revuelo público porque los medios han sido enfáticos en el inminente triunfo de la Alianza por el Cambio. El PRD pasará a ser oposición (como lo ha hecho antes) y el día que suba el nuevo gobierno, el intercambio de poder será calmado y ordenado.
Pero que pasa si pierde la Alianza por el Cambio? Tendrán la madurez para aceptarlo? Dado su inminente triunfo mediático, estarán dispuestos a ceder la victoria a su opositor?
He escuchado un sinfín de veces proclamar a los dirigentes y seguidores de la Alianza por el Cambio que si el PRD gana, es porque se hizo fraude electoral. En cierta medida es el mismo razonamiento del estimado periodista y candidato a Alcalde Bosco Vallarino, quien decía que si le quitaban la candidatura por su problema de doble nacionalidad, entonces era victima de persecución política y luego que le permitieran seguir la carrera electoral, entonces era Justicia Divina!!! OMFG!
Que conveniente verdad? Yo soy el ungido de Dios y de los medios de comunicación... Si las cosas salen como yo quiero, es voluntad de Dios que bajo del cielo a ayudarnos, si no es la culpa del PRD (intercambiable con el diablo) que está metiendo la mano.
Pero bueno, volviendo a la carrera presidencial, en realidad no creo haber visto anteriormente tanto temor de perder de alguien que estuviera tan a la cabeza (promediando un 15% según las encuestas publicadas), y aunque no tengo ninguna razón científica para dudar de la veracidad de las encuestas, me pregunto: por qué la necesidad de, como dicen en Colón, levantar tanta atmósfera?
Independientemente del resultado de las próximas elecciones, espero que la Alianza por el Cambio demuestre: en caso que gane, la inteligencia para saber asumir el poder y dejara de ser oposición; y en caso de que pierda, la madurez política para aceptar lo que la mayoría decidió.
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